Y
comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil
talentos.
A
éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y
todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.
Entonces
aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y
yo te lo pagaré todo.
El
señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
Pero
saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien
denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
Entonces
su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia
conmigo, y yo te lo pagaré todo.
Más
él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.
Viendo
sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a
su señor todo lo que había pasado.
Entonces,
llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné,
porque me rogaste.
¿No
debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia
de ti?
Entonces
su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le
debía.
Así
también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón
cada uno a su hermano sus ofensas.
Existe un refrán muy conocido que dice perdonar
pero no olvidar, el perdón a veces es muy difícil sobre todo cuando nos han
lastimado tanto, pero Dios nos perdona todos los días.
Este hombre es un gran ejemplo del perdón, hizo llorar a un asesino en serie en los
Estado Unidos. Véanlo
Mateo
18: 21-22
Entonces
se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que
peque contra mí? ¿Hasta siete?
Jesús
le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario